Domingo 11 de Setiembre de 2005, Bs.As. Argentina. Una multitud de más de 25 mil personas se dieron cita en el estadio de Ferrocarril Oeste para aclamar, como bien indica el nombre del espectáculo, a dos monstruos del rock. Judas Priest y White Snake fueron el plato fuerte de una tarde-noche que tuvo como bandas invitadas a los locales: Lorihen, Tristemente Celebres y Rata Blanca.
Esta fue la 5° edición del “Monster of Rock”, el cual fue realizado por última vez (en Argentina) en 1999 y que tuvo en anteriores ediciones a megabandas como Metallica, Sepultura, Ozzy Osbourne, Megadeth, entre otros. Seis años fueron demasiados para los fanáticos que llegaron de todas partes, para ser partícipe de un acontecimiento histórico, la vuelta de Judas Priest a la Argentina, y esta vez con “El Dios del Metal” Rob Halford (vocalista) a la cabeza, el cual luego de 11 años (1992-2003) separado de la banda con quien escribiera las páginas más gloriosas del metal, volviendo al lugar que le corresponde, junto a sus
compañeros de ruta. Y por otra parte, la reunión luego de 7 años de White Snake, encabezada por su líder histórico David Coverdale, un combo difícil de obviar para los amantes del buen rock.
Fue Lorihen quien rompió el hielo, y que pese a que no contaban con un sistema de sonido 100% dispuesto a su presentación (como es normal para
las bandas teloneras en este tipo de eventos) desempeñaron una interesante presentación, que tubo como joyita la interpretación a cuatro guitarras de “2 Minutes to Midnight” de Iron Maiden. En segundo lugar, tocó Tristemente Celebres, espectáculo que estuvo caracterizado por un sentimiento entre la indiferencia y la desaprobación del público presente, lo cual hizo que el tiempo da la banda sobre el escenario fuera un “para el olvido”. La última de las bandas locales en presentarse sobre el escenario de Ferro fue Rata Blanca. Un grupo que, por más que a muchos les pese, es en su género la banda de hispanoamericana con mayor suceso en el exterior. Con un set corto pero “al palo”, y no con las mejores condiciones de sonido, no defraudaron en lo más mínimo a su público, que pogueó clásicos de la banda como “Haz tu jugada”, “Guerrero del Arco Iris”, “Rompe el hechizo”, así como un tema pilar del rock de los 70´ como “Highway Star” de Deep Purple.
La aparición de White Snake sobre el escenario fue arrolladora, actitud que mantuvieron de principio a fin. El comienzo del primer tema, que por otra parte fue un cover (“Burn-Stormbringer” dos clásicos de Deep Purple), fue un detonante instantáneo para un público que tiene clarísimo el concepto de ”pogo”. El show que duro algo menos de una hora se basó fundamentalmente en su disco homónimo “White Snake” de 1987 con temas como “Here I go again”, “Cryin´ in the rain” o "Still of the night”, agregando clásicos de otros trabajos como “Slow and easy” o “Love aint no stranger”, todo esto sumado a un solo de bateria memorable (hagan por un instante la prueba de imaginar un baterista de metal tocando con las manos), un salado el muchacho. Fue un show que aunque intenso dejó sabor a poco.
Al finalizar la presentación de White Snake la tensión crecía en la espera de que Judas Priest comenzara su set. Abrieron el show con el instrumental “The Hellion” el cual sirvió de introducción para “Electric eye”, con una impresionante aparición de Halford en escena, saliendo por un hueco situado en el telón de fondo de la escenografía de lo que simulaba ser la pupila del un ojo (el ojo eléctrico como dice el tema). Siguieron con “Metal gods”, esta vez Rob Halford paseándose por las tarimas dispuestas a los costados del escenario con movimientos similares a los un robot oxidado. Desempeñaron en total un set list de 18 temas en que se encontraron varios temas de su último trabajo discográfico del 2005 “Angel Of Retribution” como los casos de “Deal With The Devil”, “Revolution” ó “Judas Rising”, e himnos de la banda como “Breaking the law”, “Living After Midnight”, “Diamonds And Rust” (versión acústica), “Victim Of Changes”, sin olvidar “Painkiller” tema en el que lejos más se pogueó. En un par de ocasiones, entre tema y tema, tanto Halford como los demás miembros de la banda quedaban paralizados al ver las efusivas muestras de cariño demostrado por la multitud. Se puede afirmar, sobre todo por las opiniones del público una vez finalizado el espectáculo, que la edición 2005 del Monster of Rock fue de los mejores espectáculos con bandas de metal sobre suelo Argentino de los últimos años.
Redacción: Pablo Morniroli