Árbol se presentaba en el Teatro de Verano, para despedir Guau!, o para presentar Miau!, o vaya un a saber para que, pero se presentaba en el Teatro de Verano y aunque ellos no lo tenían muy claro hace unos días, acá nos encargamos de tirarles encima toda la carga que representa tocar en el Teatro de Verano.
A las 20:30 Chala Madre tuvo la difícil tarea de abrir el espectáculo mientras la noche se iba poniendo más fría y el cielo se cubría amenazante. Está claro que casi cualquier banda al lado de Árbol da la sensación de que le falta energía, pero si a eso se le agrega que Chala Madre no se caracteriza por un despliegue importante en vivo, ni por canciones muy para arriba y podríamos decir que más que amenizar lo único que hicieron fue acelerar la bajada en la sensación térmica. Y no estoy diciendo que está banda nueva liderada por Andrés Beltrán y en ascenso tocó mal, ni que no tengan la capacidad para tocar para un público grande, pero cuando algo no pega, no pega y punto, no es culpa de ellos, es solo que cuando una banda telonea a otra, el público presente lo que espera es lo que viene después y en todo caso quiere escuchar algo con la misma filosofía que lo que está esperando.
Luego de algo más de media hora de reggae y otra media hora para desarmar una batería (vamos muchachos, un poco de respeto por la gente), el quinteto de Haedo y con “De Arriba, De Abajo” se terminó el frío, se despejó el cielo y agarraté porque no hay teatro que les quede grande y no hay asientos que paren el pogo de este malón que en un show de dos horas demostró que ya está más que consolidada en este lado del río y que tendría que ser un llamado de atención a otras bandas importantes de la Argentina que últimamente tienen descuidado a nuestro país.
Es mucho más fácil decir que canciones no tocaron que empezar a nombrar las que si, ya que recorrieron casi por completo su discografía, más la presentación de un tema nuevo, más un cover de un tema de Leo Masliah (“Conexiones Alternativas”).
Pero lo importante en un show de Árbol no es ni el track list, ni la escenografía, que no era nada más que un arbolito, ni el muy buen juego de luces que usaron. Lo importante es el espectáculo que brindan estos cinco músicos de los buenos, porque ser una banda divertida no implica descuidar la seriedad para brindar un show con toda la calidad posible, tanto en el sonido, como en el desempeño propio.
El manejo del público que tienen tanto Pablo Romero como Eduardo Schmidt es algo realmente envidiable, pero es el primero el que demuestra tener una conexión mayor con el Uruguay y es el que está más eufórico durante toda la noche.
Solo dos invitados tuvieron pero ambos fueron personajes de peso: Tabaré Rivero (líder de La Tabaré) que intentó cantar “Comida Chatarra” (aunque si te aprendés la letra es mejor) y Alejandro Balbis (cantante de murga) el que si realmente colaboró en el tema para el cual lo invitaron “Ya Me Voy”.
El final con “jijiji” y el saludo para una noche en la que un árbol demostró que no hay mochilas que le pesen y que las raíces que echo en nuestro país son mucho más profundas que las de otras bandas vecinas que se olvidan sistemáticamente de nosotros al armar sus giras.
Redacción: Federico Méndez Odllakoff
Fotos: Soledad Hernadez
