Actitud fue el nombre del espectáculo que cerraba el ciclo del disco debut de Doberman, una banda que en los últimos años ganó muchos adeptos, muchos amigos entre los músicos de otras bandas, pero por sobre todas las cosas ganó justamente actitud. Desde aquella banda de jóvenes bastante tímidos que salieron de un programa de televisión y que tenían un tema en rotación hacía ya bastante tiempo pero que nadie los conocía, hasta este último show donde se comieron el escenario pasó mucha agua bajo el puente, o mejor dicho muchas tablas. Hacía casi nueve meses habían presentado el disco en esa misma sala y en el medio participaron por ejemplo del Pilsen Rock, de La Fiesta de la X y tocaron por el interior, pero el hecho de volver a tocar en el mismo lugar y con las mismas canciones planteaba el reto de evitar que fuera igual al anterior. Y lo lograron por varios motivos, principalmente porque ellos ya no son los mismos, ni tampoco el público es el mismo que el año pasado, aquel que hasta los últimos temas no terminaba de contagiarse, paso a ser uno que se entregó desde el primer tema (salvo cuando Miguel de Gasoil intentó el viejo “yo grito y ustedes gritan” que normalmente no llega a buen puerto).
Aunque algunos de los invitados se repitieron con respecto al show del año pasado (Miguel de Gasoil, Alejandro Spuntone de La Trampa y Guzmán Mendaro de Hereford que participó en lugar de Frankie Lampariello) igual sorpresas no faltaron. La presentación de una par de temas nuevos “Veneno” y “Llego tu hora”, bastante prometedores, con la misma impronta de hard rock y algo más de importancia del bajo de Ignacio Obes, lo que las hace sonar aun más fuertes. Y uno de los momentos más esperados en cualquier show de Doberman son los covers, no porque sus temas propios sean malos ni nada, pero pocas bandas de por acá interpretan con tanta calidad temas clásicos que la mayoría evitaría hacer por su complejidad, esa noche le tocó el turno a “High Voltage”otro tema de AC/DC, tal vez la más clara influencia de la banda y de la que también tocan “Highway to hell” y sobre el final y con Juan Boglia en teclados como invitado se despacharon con “Smoke on the water” de Deep Purple (para que vean que no se andan con chiquitas).
En fin, se cerró un ciclo en la carrera de Doberman, probablemente ahora se venga la grabación del disco nuevo y pronto los veamos de nuevo en el ruedo, ya no en la etapa de la banda que promete, sino en un ciclo que quizás deba titularse “consolidación” de un grupo que siempre se supo que tenía todo desde el punto de vista de lo musical y que demostró que “Actitud” le sobra.
Redacción: Federico Méndez Odllakoff