10 años de Snake, ese era el motivo de la reunión; pared por medio La Tabaré presentaba su disco, las vueltas de la vida (o la falta de tacto) plantearon esta extraña situación. Dos concepciones distintas de aquello que algunos dieron a llamar rock uruguayo, dos historias que corren paralelas, casi sin cruzarse, salvo en algún escenario de los mega-festivales duraznenses...
Lejos estaban de preocuparse por estas ironías del destino aquellos jóvenes que con entrada en mano y remera estampada en pecho (no importaba la remera, solo que estuviera estampada) llenaron Central.
Con puntualidad uruguaya Marcelo Fontanini y compañía aparecieron en el escenario y la fiesta comenzó con “Mordiendo la ciudad”, y durante el resto del show la mayoría recibió lo que fue a buscar. Aquellas y aquellos fanáticos de la banda escucharon todos los éxitos tanto de “Dos pasajes para Marte” como de “Dejando marcas”, vieron los videos de la banda, fueron filmados y le sacaron todas las fotos que quisieron. Pero aquellos que fuimos con la esperanza de que el ambiente y el tiempo invertido en la preparación del cumpleaños lograran que Snake diera el pasito que le falta para terminar de consolidarse como banda en vivo nos fuimos con la misma desilusión de siempre...
Acusarlos de falta de entrega sería injusto para tal vez una de las bandas que más calorías quema en los escenarios, pero decir que contagian adrenalina sería mentir. Quizás sea la falta de manejo del público que tiene Fontanini o lo poco arriesgado y muy sobre actuado del desempeño de Alejandro Moumdjian en la guitarra, pero aquellos que anhelamos ser sorprendidos por una banda en vivo no nos queda otra que llegar a casa y volver a escuchar los dos excelentes discos de esta banda, esperando el día que se vuelvan más magnéticos.
En lo estrictamente musical la banda se mostró compacta, sin fallas con Mikael Boudakian en el bajo como el verdadero lider desde una posición menos glamorosa pero más productiva. Los temas más tranquilos de los dos discos en un plan acústico, con Guzmán Mendaro como invitado fue una de las sorpresas y un par de covers muy bien ejecutados, “Lithium” de Nirvana semi- electronificada y “Pumpkin and honey Bunny Misirlou” de Dick Dale & his Del-Tones conocida por la película Pulp Fiction, dejando claro que los chicos de Snake son productos de la década del 90.
Como invitados de la noche estuvo la gente de Hereford, que cuando compartió el escenario fue una verdadera aplanadora que opacó a los dueños de casa dejando claro las diferencias de capacidades en el vivo.
Redaccion: Federico Méndez Odllakoff
Fotos: Andres Larrosa