Aunque la fecha no ayudaba en lo más mínimo, una muy buena concurrencia de público acompaño la celebración del Viernes Santo en BJ. Panta Rhei precursores de tan ilustre iniciativa, y Amaduzia, invitada de lujo, protagonizaron un espectáculo fuera de lo común.
Son los Amaduzia los primeros en copar el escenario. Esta banda practica un poderoso thrash metal, distinguido por guitarras bien afiladas, a la vez que alterna pasajes black marcados sobretodo por la voz de Martín López (cantante). Comenzaron con “Ángel caído” y “Desde el cementerio”, donde se apreciaron problemas de sonido los cuales fueron rápidamente solucionados, logrando sonar muy bien por el resto del show. La escenografía preparada para la ocasión constaba principalmente de una enorme cruz de madera (supongo que no hace falta aclarar el significado que pretendía asumir) que se adecuaba perfectamente a la temática que abordan varias de las letras del grupo. Lo mejor estuvo en la segunda parte del show, donde con temas como “Fiesta Carnisa”, “Carnisa Card”, “La senda” y “Salvajismo”, la banda logró que el público despertara del letargo inicial para así conformar una muy buena presentación. Por último se despidieron con una excelente versión de “The pursuit of Vikings” cover de Amon Amarth, una de las bandas más representativas del folk metal nórdico o mejor conocido como Viking Metal.
Concluido el set de Amaduzia crecía la expectativa por que comenzara el espectáculo que tenía preparado Panta Rhei. El show se basó en la celebración de una misa religiosa. En primer lugar se realizó la presentación de los integrantes de la banda, los cuales se encarnaron en distintos personajes de nuestra sociedad (cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia). Diego Janssen (guitarrista) personificó al “General palo y palo”, Sebastián Schiaffino (guitarrista) representó a “Chirolita”, Diego Tiscordio (bajista) encarnó a “Madre barba”, Álvaro Martínez (baterista) hizo las veces de “Ricapitalista”, mientras que
Daniel Morales (cantante) de “El mediador”. Cada oración representa una idea, la cual termina en la interpretación de un tema. La lluvia de sangre pronosticada por Slayer da apertura (como dios manda) a la celebración de la misa. El repertorio de la banda comienza con “Memorias”, a la cual le siguieron “Justa Injusticia” y “Pesadilla”. La respuesta del público fue inmediata, y el primer gran pogo de la noche no se hizo esperar. Continuaron con “Rashid” e “Hirviendo”; mientras que luego de la Intro del Himno Nacional la banda nos sorprendió con “Oriental Desertor”. Sin dudas que al interpretar el cover de “El Cuarteto de Nos” mostró a Panta Rhei como una banda con influencias y una cabeza más abierta que el común de las bandas y el público de la escena. Un hecho que para muchos parece poco menos que un crimen de lesa humanidad (...así estamos). Luego tocaron “Miseria” y “El Borrego” (después de la intro de “Sad but True”-Metallica-); haciendo un alto para el momento más importante en toda misa: la comunión. La cual fue un tanto particular por el simple hecho de que en vez de ostias se repartía fetas de un popular chacinado. En el momento del vino se dejaron las ironías de lado y se siguió la tradición que indican las escrituras, pero en una versión más solidaria, ya que embudo mediante se compartió la sustancia en cuestión con el público. Mientras que más tarde culminaría la misa con el Vía Crusis. Ya con los integrantes de la banda fuera de sus personajes cerraron con “Mc. Cacco”. A uno le puede gustar o no la propuesta que lleva a delante Panta Rhei, pero lo que uno no puede negar es que esta banda rompe los esquemas de como debe ser, hacer y sentir una banda de metal en nuestro país.
En está oportunidad se demostró que con imaginación y ganas de hacer algo diferente se le presenta algo distinto al público, y a decir verdad no hace nada mal romper de vez en cuando un poco con la monotonía.
Redacción: Pablo Morniroli
Fotos:Andres Larrosa