Despedían “Por una Cabeza” y se la jugaban con una Sala Zitarrosa. Y la apuesta salió redonda, a sala llena Los Mareados comienzan a escribirse un nombre propio a fuerza de calidad y hoy ya son mucho más que “el coro de Jaime Roos”.
Afortunadamente en la sala había mucho público joven lo que demuestra que somos mucho más abiertos a escuchar otras cosas que lo que muchos piensan. Y también ayuda a desterrar esa extraña teoría que mantienen algunos dinosaurios de que la murga es un género menor, y terminar con eso de que los mejores murgueros eran más respetados en el exterior que acá.
Teniendo en cuenta que son prácticamente el coro de murga ideal, cualquiera podría pensar que cantando unas retiradas clásicas y algún saludo de aquellos que todos sabemos de memoria es solo jugar y cobrar, pero por suerte son mucho más osados que otros y se arriesgan con un repertorio que incluye tangos y boleros en tono de murga.
El arranque fue con “Candombe Nacional” y cuando no habíamos terminado de peinarnos se vino “Milonga Nacional” previo amague a cantar “Uno”, aunque el primer tango que se escuchó fue “Chorra”. Luego llegaron “Aquellas Cartas”, el tema que da nombre al disco “Por una Cabeza” y “El Último Café”. Después vino el bloque “romántico” con tres boleros seguidos.
En un espectáculo donde se encuentran como integrantes personajes como Pedro Takorián y Guillermo Lamolle, por supuesto que no puede faltar el buen humor, y entre tema y tema cuando los aplausos se apagaban (hay que decir que después de cada tema había una verdadera ovación) nos regalaban alguna perla. Como mayores muestras de que se puede hacer música de calidad con mucho humor de por medio hay que fijarse en la extraña versión de los tangos “Un Boliche” y “Vieja Viola” que fueron interpretados al mismo tiempo (¿se puede decir que es un mush-up tanguero?) o la coreografía (de esas que generan la sensación de la vergüenza ajena) que desplegaron con el tema “Puerto Montt” de Los Iracundos, que además fue presentado irónicamente como uno de los mejores temas de la historia de la música uruguaya.
Tampoco faltó la oportunidad de escucharlos a cada uno cantar solo (por si alguno tenia la idea de que cantaban en coro porque no sabían hacerlo solos). Sobre el final llegaron temas como “Rompe el Silencio Profundo” (a mi parecer el mejor tema de la noche, aunque es simplemente cuestión de gustos), o “No te Podés Quejar” tango compuesto por Lamolle. Antes de los bises se retiraron con un popurrí de despedidas para retornar y finalmente cantar el esperado “Uno”.
En definitiva, el zurdo Bessio, Ney Peraza, Rafael Bruzzone, Pedro Takorián, Guillermo Lamolle, Emiliano Muñoz y compañía comienzan a escribir su historia propia y ya sacaron una cabeza de ventaja.
Redacción: Federico Méndez Odllakoff
Fotos: Andres Larrosa