Mucha gente, muchas bandas, muchas horas de música, pero sin embargo muy poco para contar. Prácticamente la misma cantidad de público y las mismas bandas que en la edición pasada, y aunque estadística y comercialmente hablando estos datos sean más que alentadores, desde el punto de vista de la música como una forma de expresión y de arte, esta edición fue por lo menos preocupante lo poco arriesgado de las propuestas.
Los cambios organizativos en poco cambiaron la filosofía de la fiesta, en un Durazno donde su población cada vez aprovecha más la oportunidad para hacer algún peso pero donde la Intendencia cada año da la sensación de que poco le interesa brindar comodidad y servicios a los “turistas”.
De las bandas debutantes Los Supersónicos fue de las pocas que no decepcionó, pero la que se robó los aplausos (y los gritos, y el pogo) fue Rey Toro. Una banda que en los últimos años a sabido abrirse camino en un círculo bastante cerrado como lo es el metal uruguayo donde cada paso que lleve a los mercados superiores puede llegar a ser visto casi como una traición. A fuerza de sangre y “Carne” sorprendieron a propios y ajenos y fueron sin lugar a dudas uno de los mejores shows del Pilsen.
Dentro del grupo de las bandas de mayor convocatoria, la falta de La Vela Puerca no se hizo sentir en demasía, y aunque todo pintaba para ser el año de La Trampa, por falta de decisión de la primera y por méritos propios, Los Buitres y No Te Va Gustar terminaron siendo los protagonistas principales.
El set tramposo inició con toda la energía, y cuando el pogo se generalizó y varios comenzaban a pensar en un show inolvidable, el set list se volcó para el lado de Laberinto y toda esa adrenalina se fue diluyendo hasta casi desaparecer.
En cambio tanto NTVG como Buitres basaron sus sets en los clásicos y mantuvieron agitando a las 120 mil almas que copaban el parque.
Otra de las bandas que robo la atención fue la siempre divertida Trotsky Vengarán, con clásicos y temas del disco nuevo y con la dupla Peluffo Díaz casi en plan de capos cómicos.
Poco más para decir de una fiesta que ya llego en este formato a su techo en la edición 2005, que en la 2006 solo supo repetirse y desgastarse y que si no quieren perderla deberán saber adaptarla para que sea más Rock y menos Pilsen.
Redacción: Federico Méndez Odllakoff
Fotos: Andres Larrosa
