22 abril 2006 - ONCE TIROS - SOCIEDAD ITALIANA BS. AS.









La “Sociedad Italiana de Morón” es uno de esos lugares en los que parece que el tiempo se detuvo.

Un portón de rejas coloniales, un salón amplio con pisos de madera y al fondo uno de esos escenarios donde cabe toda una orquesta. Un típico club de barrio donde el grupo anfitrión, los chicos de Jamón de Menta, jugaba de local.

Cuando pasadas las once de la noche Once Tiros abría su show con “Pal charco", había poco más de un centenar de personas y la sensación era la de estar asistiendo a la remake de una película que ya se viene rodando desde hace algún tiempo. La historia de cruzar una y otra vez el río y hacerse de abajo. Tocar y tocar, ir subiendo de a uno los peldaños del circuito porteño como cualquier banda local y dejar todo en cada toque para que la bola crezca y se multiplique.

Así lo entendió La Vela Puerca hace casi diez años, así lo están haciendo los chicos de NTVG y ese también es el camino que parece haber tomado OT.

Cada toque representa entonces un gran esfuerzo y también una oportunidad y esta no parece ser una banda que pase las oportunidades por alto.

Liderados por Pablo Silvera y Bruno Andreu, que se cargaron literalmente el concierto al hombro, la banda desplegó un contundente set de 18 temas, donde sobre todo quedo claro que divertirse tocando es uno de los principales motores del grupo.

Pablo no paró de saltar y recorrer el escenario ni un segundo, arengando a la gente que bailó, cantó y pogueó durante todo el toque.

Un párrafo aparte mereció el show personal del “gordo” Bruno, que justo a la mitad de la lista, tomó el micrófono y encarno una especie de antihéroe de la canción romántica haciendo subir a una de las chicas del publico para cantarle al oído una acaramelada versión de “sabor a ti”. Siguiendo con la bizarrada, Pablo se colgó la guitarra y con Bruno todavía en la voz versionaron aquella cortina de “no toca botón”, el programa del legendario negro Olmedo.

Luego todo volvió a la normalidad hasta el final y el cocktail de ska, punk y reggae dejó caliente el viejo salón del barrio de Morón, allí donde según la canción de Tango Feroz “pueden cagarte a tiros”. ¿Premonitorio tal vez?